Rodolfo Montes de Oca
Un 16 de enero de 2006, en pleno centro de Atenas a la salida del Banco Nacional ubicado en la calle Solonos de la capital helénica, se produce un fuerte enfrentamiento entre un grupo de asaltantes anarquistas y la policía. El intercambio de balas cesa con la evasión de los atracadores.
Un 16 de enero de 2006, en pleno centro de Atenas a la salida del Banco Nacional ubicado en la calle Solonos de la capital helénica, se produce un fuerte enfrentamiento entre un grupo de asaltantes anarquistas y la policía. El intercambio de balas cesa con la evasión de los atracadores.
Sin embargo, sobre
el frío pavimento al lado de un matero, se visualiza un joven vestido de negro
que agoniza. Se trata del anarquista Giannis Diminitrakis, investigado en
varias oportunidades por su participación en grupos antiautoritarios.
Su detención es
filmada por la mórbida prensa que rápidamente saca conjetura y pone apodos a
los expropiadores; los bautizan como “la
banda de negro”, sin pruebas los acusan de ser los autores de por lo menos
7 atracos a entidades bancarias y de estar detrás de las detonaciones imputadas
al grupo “justicia anti-estatal”[1].
Por su parte los
organismos de inteligencia hacen su encomienda, librando órdenes de captura
contra los hermanos Mario y Simon Seisidis, así como contra Gregori Tsironis,
obligándolos a pasar a la clandestinidad. Sus únicos antecedentes son los de
participar activamente dentro de los grupos ácratas y revolucionarios de la
región.
Después del show,
Diminitrakis fue condenado a 35 años de presidio por esta acción, la cual se
redujo a una pena de 12 años, de la cual solo cumplió 6, saliendo en libertad
bajo palabra en el 2012.
Actualmente existen
varios anarquistas en prisión acusados por la fiscalía de realizar
expropiaciones armadas contra las entidades financieras del sistema, algunos de
ellos son: Anastasios Theofilou, Babis Tsilianidis o Evangelos Kautsibelas. Pero esta tradición de arrebatar al mercado el producto del trabajo
individual es una vieja tradición dentro del movimiento libertario griego. Hace
mas de 100 años atrás, unos robos dieron mucho de que hablar.
A principios de mayo de 1899, el
afanado diario “Neologos” de
Patras comenzó a circular una serie de artículos informando a sus lectores
sobre una serie de robos que se venían dando en la ciudad; aupados por el clamor
popular, la policía empezó a indagar y a citar a lo que la criminología
considera “sospechosos habituales”
(contrabandistas, mendigos, trabajadoras sexuales, ladrones, etc.), como es de
esperarse uno de esos “habituales” de
apellido Tsikrikas, empezó a dar nombres y situaciones de hechos como suele
pasar, entre ellos menciono dos apellidos a los cuales los investigadores
prestaron especial atención: Agallopoulos y Liopetas.
Aristeidis Agallopoulos era un sastre de Constantinopla, mientras que
Nicolás Liopetas era carpintero, ambos formaban parte de los círculos
anticapitalistas de Patras y juntos habían firmado un manifiesto anti-electoral
que apareció en la publicación “Fos Neon” de Pyrgos.[2]
Durante la requisa y
captura de Liopetas, la policía descubrió una pequeña libreta donde aparecían
direcciones y una cuantía de los bienes substraídos por la banda. Ante la eminente captura y sentencia, Nicolás
decide burlase del proceso penal y evadirse de su encierro ingiriendo una
capsula con arsénico.
Por desgracia del reo, la dosis fue muy poco y sus custodios al verlo
convulsionar deciden trasladarlo hasta el puesto medico donde es curado por los
galenos y sus ayudantes. Esta infructuosa tentativa de homicidio género que
Liopetas, colaborara con sus captores suministrando información sobre los robos
y sus cómplices, re-acusando a Tsikrikas
de ser el cabecilla de la banda y de tener ramificaciones en Atenas, Pireo, Syros, Messolongi, Pyrgos y
Corinto, así como en las ciudades turcas de Esmirna y Estambul.[3]
Las averiguaciones
culminaron con la detención de 10 personas, Liopetas fue acusado por el
tribunal como partícipe de los robos mientras que Aristeidis Agallopoulos fue
acusado de encubridor. Como era de esperarse todos fueron condenados a prisión.
Se sabe que Liopetas
murió en prisión, mientras que se desconoce el paradero de Agallopoulos, pero
se sabe que Tsikrikas logro escapar de su encierro para continuar con su vida
delictiva.
Para el historiador
Paul Pomonis, el Caso Liopetas-Angallopoulos junto al turbio hecho de sangre
que fue la muerte del anarquista Dimitris Bantounas[4],
represento el “último canto del cisne”
para el movimiento antiautoritario en la ciudad de Patras.
[1] Fue una agrupación que se adjudico una campaña de bombas entre Enero y
Febrero de 2006. Todos sus objetivos se centraron específicamente en atacar al
partido Nueva Democracia y bancos.
[2] Paul Pomonis. Early Days of Greek
Anarchism: “the Democratic Club of Patras” and social Radicalism in Greece. AK Press.
[3] Op cit.
[4] Al
parecer fue asesinado el 18 de mayo de 1899, en Pyrgos por uno de sus hermanos
después de una violenta pelea.
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