Rodolfo Montes de Oca
En Grecia como en muchos otros países del mundo existe una familia real de políticos y de hombres influyentes que desde la primera magistratura dirigen los destinos de la nación. En el caso de Grecia esta familia se llama Papandreu y durante el siglo XX y XXI, en varias oportunidades detente el poder a través de la democracia.
En Grecia como en muchos otros países del mundo existe una familia real de políticos y de hombres influyentes que desde la primera magistratura dirigen los destinos de la nación. En el caso de Grecia esta familia se llama Papandreu y durante el siglo XX y XXI, en varias oportunidades detente el poder a través de la democracia.
Para 1993 parecía repetirse la
historia cuando es electo por segunda vez para desempeñar el cargo de Primer
Ministro de Grecia, el economista y patriarca del PASOK, Andreas Papandreu. Durante su gestión
“socialista” empieza el eventual
quiebre de la representatividad bipartidista helénica, el punto álgido ocurre
cuando se conoce su implicación en el escándalo de corrupción del Banco de
Creta, aunado a las tensiones nacionalistas entre Chipre y Macedonia.
Esto genera una mayor
efervescencia de la colectividad que se encontraba todavía resentida por el
asesinato de Michalis Kaltezas y por la
absolución de su asesino. A estos hechos se le suma la detención en Atenas y
Salónica de 4 anarquistas acusados de la expropiación de bancos, entre ellos se
encontraban Kostas Kalameras y Spiros Dapergolas editor de la revista
antiautoritaria “alpha”.
Estas detenciones generaron
varias acciones de solidaridad como la ocupación de las oficinas de Amnistía
Internacional y de la Asociación Griega de Abogados. En Salónica una
movilización de 150 anarquistas fue brutalmente reprimida por la policía,
deteniendo algunos solidarios lo que produjo la ocupación de la facultad de
teología, mientras se improvisaba una radio pirata para masificar las
informaciones referentes a la represión.
Del grupo de detenidos, 4
anarquistas son llevados a juicio bajo los cargos de insultar a la policía, los
imputados son: Yannis Anagnostu, Sofia Kiritsi, Hatzliradis y Panos Sofos.
Todos son condenados a penas leves de 2 años y medio de reclusión.
Frente a estas detenciones el 17
de noviembre de ese año, se produce una importante movilización para recordar
el asalto militar a la Politécnica de Atenas, en esta oportunidad la policía
reforzó sus funcionarios y se inició una serie de escaramuzas entre
manifestantes y gendarmes.
En una jugada desesperada, cerca
de 3.000 personas ocuparon el Politécnico durante la noche, pero finalmente la
policía ingresó en el establecimiento y arrestó a 504 anarquistas que
permanecían en el lugar. El edificio sufrió severos daños durante la ocupación.
El periodismo y los medios de comunicación tuvieron una participación activa, incitando
y exigiendo el ataque de las fuerzas policiales, el arresto y represión de los
manifestantes.
Durante la ocupación se dieron
excesos de toda índole, se detuvo a 38 menores de edad, uno de ellos de apenas
14 años fue brutalmente apaleado por 50 antimotines que se cebaron contra su
frágil humanidad. 23 personas que habían
sido llevados al hospital por problemas respiratorios producto del gas
lacrimógeno u otras lesiones fueron trasladadas a la sede policial sin ayuda
médica. Las mujeres eran desnudadas delante de policías varones. Varias casas
fueron allanadas incluyendo el Archivo Histórico Anarquista, que fue confiscado
por la policía. Entre los ocupantes se encontraban dos jóvenes anarquistas que
luego harían historia: Nikos Mazziotis y Lambros Foundas.
Pero en lugar de retroceder
frente a la ofensiva del gobierno y la prensa, el movimiento resultó
fortalecido por los ataques, las palabras “anarquistas”,
“anarquismo” y “anarco-comunistas” se masificaron en los medios. Eso produjo que el 23 de ese mes se realizara
una movilización de más de 1500 personas que demostraban sus simpatías con los
rebeldes libertarios.
Después de varias acciones de
solidaridad y manifestaciones alrededor
de 136 detenidos fueron puestos en libertad en espera de sus audiencias.
Otro grupo de detenidos fueron encausados en cargos tales como: quema de
banderas, daños a la propiedad pública, perturbar la vida socio-económica de la
ciudad. Casi todos alcanzaron la libertad y se suspendieron los juicios, solo 4
anarquistas fueron juzgados en rebeldía a 3 años y 4 meses prisión.
Ese mismo año, por problemas de
salud se separa de su cargo Andreas Papandreu, siendo sucedido por el líder de
Nueva Democracia, Konstantino Karamalis para asumir la magistratura de forma
temporal.
Para la generación moderna de
anarquistas post-politécnica, 1995, representa un año de quiebre institucional
y una popularización de las ideas dentro de la sociedad helénica, los sucesos
ponen de relieve las ideas y abren el camino para los futuros sucesos.
Tiempo después en el año 2002
surgió el “Movimiento Antiautoritario”
(Antiexousiastiki Kinisi) dentro de las líneas generales del anarquismo y la
acción directa, buscando generar una coordinación de grupos e individualidades
en Atenas, Tesalónica y otras ciudades. Un año después, se crea la Federación
de Anarquistas de Grecia Occidental en la ciudad de Agrinio, contando con
grupos activos en Patras, Nafpactos, Astakos, Distomo, Arta e Ioannina.
Un año después en 2004, los
anarquistas se opusieron a los Juegos Olímpicos de Atenas debido a que el
evento favorecía la intensificación del control estatal y la represión,
tratando incluso de interrumpir con acciones el curso de la llama
olímpica. Una característica llamativa
de esos años fue la incorporación de otros idiomas (albano, ruso, georgiano o
árabe) en los carteles y afiches anarquistas, mostrando su “solidaridad” con los obreros extranjeros
que trabajan en Grecia.
Los libertarios como
vaticinadores del desastre, desde esa época llamaban la atención de que con la
escusa del magno evento olímpico, la
sociedad helénica se estaba endeudando y que tarde o temprano serian los de
abajo los que pagarían los excesos de los de arriba.
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