Rodolfo Montes de Oca
El primero de febrero de 2013, son detenidos 4
jóvenes anarquistas después de haber expropiado un banco y una caja de ahorros
postales en la población de Velvedo cercana a Kozani; los rebeldes son
reducidos por las fuerzas de seguridad después de una persecución y una vez
reducidos son salvajemente torturados y golpeados por sus captores.
Reducidos y esposados los cuatro atracadores
son presentados a tribunales ante un foro de cámaras que esperaban para
filmarlos, entre los detenidos, resalta un joven que apenas parece salir de la
adolescencia, su rostro lleno de moretones, trae a la reminiscencia los
múltiples informes sobre brutalidad policial helénica, su nombre es Nikos
Romanos.
Romanos es ateniense, se crío en Exarchia y
tuvo el infortunio de ser amigo de Alexandros Grigoropolus, ambos, anarquistas,
se encontraban juntos cuando el guardia Epaminondas Korkoneas, dispara dos
tiros sin mediar palabra contra el joven de escasos 15 años que muere casi al
instante y frente a la mirada solloza de su amigo.
Lo que ocurrió a continuación es público y
notorio para esta generación de anarquistas, la muerte de Grigoropolus fue la
mecha que incendio la pradera en toda Grecia, los días precedieron al entierro
fuero de una violencia colectiva jamás vista, la población mundial fue testigo
de excepción de la furia incontrolada de jóvenes antisistema que no solo
confrontaban a la policía, sino que saqueaban, quemaban y ocupaban espacios
para enarbolar la bandera roji-negra de la anarquía. De esta manera se
inauguraba el inicio de los días de cólera que todavía experimenta la sulfúrica
sociedad que se desarrolla a los pies del Partenón.
Pero anecdóticamente, hace 23 años atrás cerca
del lugar donde acabaron con la vida de Grigoropolus, otro joven anarquista de
15 años, llamado Michalis Kaltezas fue asesinado en iguales circunstancias por
el policía Melistas Athasios.
Para 1985 Exarchia y la Politécnica de Atenas
se encontraban de jubileo celebrando los 10 años del alzamiento y ocupación de
esta casa de estudio contra la Junta de Coroneles, como es de esperarse, la
fecha fue usada como excusa para agitar en las calles y confrontar a la policía
por parte de los grupos anarquistas que hacían vida para la época en este
vecindario. Ocupación de las instalaciones, manifestaciones, huelgas, acciones
de calle descentralizadas y los acostumbrados enfrentamientos entre los
gendarmes antidisturbios y los anarquistas se escenifican en sus calles.
Dúrate estos enfrentamientos, Kaltezas junto a
u grupo de jóvenes arroja una bomba molotov contra el furgón blindado que
trasporta a los antidisturbios, lo cual solo deja daños poco visibles a la
estructura Mobil; sin embargo, los jóvenes son perseguidos por el camión y entre las calles Stournari y Botassi son
acorralados, sin mediar palabra y por la espalda Melistas Athasios desenfunda
su arma reglamentaria y dispara por la nuca al joven impúber, matándolo en el
acto.
Al día
siguiente la mórbida prensa, presenta el cuerpo de Kaltezas en el suelo
ensangrentado, esta accione enerva la colectividad y a los grupos anarquistas
de Exarchia que conocen al joven, el 18 de noviembre son ocupadas las
instalaciones del Laboratorio de la Politécnica y la Universidad de Solos, lo
cual es respondido por el Estado con la primera incursión policial dentro de un
centro de educativo, violando así el asilo universitario, 34 personas son
detenidas y golpeadas por la policía antidisturbios.
Athasios es removido de su cargo y se le siguió
un extenso juicio que culmino en 1990, declarando su inocencia y exonerándolo
de todos los cargos de asesinato. Esta resolución fue seguida en la calle por
una ola de ataques incendiarios y de disturbios callejeros.
Por avatares del destino, la sibilina noche
alcanzo a Kaltezas y a Grigoropolus a la moza edad de 15 años, impidiendo un
desarrollo posterior de sus ideas y de su posible praxis antiautoritaria, pero
anecdóticamente su sangre derramada germino en la conciencia de muchos otros
jóvenes que optaron por la acción directa para lograr las ideas que ambos de
forma separada deseaban materializar.
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