Rodolfo Montes de Oca
Para quienes hemos tenido la
oportunidad de conocer Atenas, perderse en los recovecos de su barrio más
combativo y pintoresco, es un
inconfesable placer, la diversidad de grafitis, afiches y arte urbano que cubren
las paredes de Exarchia, parecen abrir las compuertas del mundo nuevo y diverso
que añoramos, en comparación con la gris y degradada Atenas que le rodea y que
a muchos nos hace recordar a Caracas.
Pero antes de que los medios de
comunicación burgueses y alternativos centraran su atención en el “barrio de los anarquistas”; por sus
calles se paseaba un iconoclasta de las artes, un anarquista de la trova y el
teatro que con frecuencia generaba un escozor en los oídos del establishment
helénico, era conocido como Nikólas Ásimos y el mito nos habla de un noctámbulo
Cristo del vino y de los placeres mundanos que se enfrento al poder de una “democracia” de mercaderes.
Cuentas los que lo conocieron,
que Nikólas cuyo apellido es Asimópoulos, nació en Salónica el 20 de agosto de
1949, pero que se crío en la ciudad de Kozani al norte de Grecia. Desde chico
tuvo especial facilidad para las artes y la desobediencia, desarrollándose en
el teatro y teniendo su primer “acto de
rebeldía” en 1966 publicando en la prensa sátiras sobre la Junta de
Coroneles.[1]
Al alcanzar la madures exigida
por ley, se mueve hasta Salónica donde ingresa en la Escuela de Filosofía de la
Universidad Aristóteles de Salónica en donde se destacaría como un asiduo de
las comisarías y las alcabalas militares en donde siempre lo detenían por su desgarbado estilo de vida, que nos
trae a la reminiscencia los crotos y payadores patagónicos.
Pero la academia, definitivamente
no era lo de él, por lo cual en 1973 y
en pleno apogeo del motín de la politécnica decide trasladarse hasta Atenas, en
donde el febril ambiente de insurgencia renueva sus sueños y empieza articular
expresiones de contracultura dentro de la sociedad ateniense.
Primero se gradúa de teatro y
luego gracias a las clases de Dimitris Dimitrakopoulos, empieza a tocar guitarra acústica en los
bares turística de Plaka, poco a poco se va haciendo de un nombre en los
circuitos más contestatarios atenienses, que se acostumbran a lidiar con su
humor e irreverencia.
Asimos, se convirtió a su vez en
uno de los pioneros de la distribución underground y HTM mucho antes de que los
punks de la mano de CRASS esparcieran esta modalidad de gestión. Asi nacieron
una serie de trabajos musicales: Romios – Michanismos (1974), Kasseta me to Vareli pou gia na
Vgei to Spaei (1978), Eimai Palianthropos – Paranomi,
Giati Foras Klouvi y Klaste
Eleftheros (1979), O Ksanapes (1982), O Saliagkas, H Zavolia y Pali stin Kseftila (1986)
y To Fanari tou Diogeni (1987). Estas ediciones eran artesanales y se vendían
al costo de producción, ayudando de forma significativa a la masificación de
sus canciones de protesta.[2]
Paralelo a esta fecunda actividad musical, Nikólas en 1974 empieza a
publicar artículos en la revista antiautoritaria “Pan Derma” y funda
junto a otros anarquistas el “Teatro Musical de la Pobreza” que
funcionaba como una suerte de comuna artística cerca de Plaka.
Pero como era de esperarse esta melenuda beligerancia empezó a ser
censurada en bares y estaciones de radio que veían en sus poéticas letras de
protesta, un ataque directo a la incipiente democracia helénica. Esto en vez de
amilanarlo, lo que izo fue robustecer su propuesta de autonomía, por lo cual
empieza articular junto a Yannis Zouganelis una “Cooperativa de Bandas Musicales” que pretendía romper con el
espectáculo musical y el monopolio de las grandes disqueras, que solo editaban
bandas “políticamente correctas”,
esto devino en la apertura de un pequeño “Café
Político” que rápidamente se convirtió en el epicentro de radicales e insumisos.[3]

Como consecuencia de estas acciones de calle y de la posterior campaña
de solidaridad, Nikolas es detenido junto a otros 5 escritores, acusados de fomentar: “ las ideas subversivas” y de ser “el responsable moral de
la alteración del orden público y de la paz social”, logrando salir de
prisión al poco tiempo por lo burdo de las pruebas presentadas por la fiscalía.
Después de esta breve estancia en prisión, el irreverente “cristo”
de Exarchia escribe el libro Anazitontas Krokantropous, que distribuye de forma azarosa entre sus
afines, mientras que participa activamente en el barrio de Exarchia en las
múltiples actividades antiautoritarias que empiezan a cobrar vida.
Para Octubre 1981, Grecia
celebra elecciones que lleva por primera vez en la historia a los
socialdemócratas del Panellínio Sosialistikó Kínima (PASOK) al poder con un 48%
de aceptación entre el electorado y alcanzado 173 escaños, lo que le permitió a
los “socialistas” negociar el ingreso de Grecia en la Unión Europea y en
la oprobiosa Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)
Por estos años, Asimos junto a otros libertarios realiza la primera
ocupación de un inmueble en la calle Valtesiou 42 de Exarchia, empieza a participar activamente en los happenings
que se daban en la calles aledañas, en una de esas intervenciones, es detenido
por la policía e ingresado a la fuerzas en el psiquiátrico de Dafni, junto a
Giorgos Gavalas y Nikos Saviddis.[4]
Rápidamente se organiza una
campaña por su liberación, en la cual no solo participan los grupos anarquistas
si no mucha gente involucrada en el mundo artístico y bohemio de Atenas. Al
salir del asilo, logra alquilar un pequeño espacio que rápidamente capta la
atención de las autoridades y es allanado en varias oportunidades por los
gendarmes, que sin excusa alguna lo movilizan hasta Dafni donde en repetidas
ocasiones es sometido a terapias de shock eléctrico y golpeado salvajemente.
Aunque Dafni dejara huellas
imborrables en la psiquis del ingobernable, será un escándalo sexual el que enlodara
el nombre del insumiso. En 1987 es detenido por la policía acusado de violar a
una ex-novia, por lo cual es enviado a la tristemente celebre prisión de
Koryndallos; de donde volvería a salir después de pagar la fianza.[5]
Esta acusación y el creciente
estado de paranoia, marcaron el punto de quiebre del cristo de Exarchia, quizás
como acto final de rebeldía, el 17 de marzo de 1988 decide suicidarse
ahorcándose en su habitación y dejando una “X”
marcada en su diario personal como sutil mueca contra todo lo que representa
esta vida.
Hablar de Nikólas Ásimos, es
mencionar una figura emblemática para la popularización del pensamiento
anarquista dentro de la juventud post-politécnica. Sus estribillos todavía son
fáciles de encontrar en algunos callejos de Atenas que se desmorona ante una
venidera Guerra Civil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario