Rodolfo Montes de Oca
La prisión de Koryndallos se ha convertido en un punto de encuentro común para la nueva generación de guerrilleros anarquistas en Grecia; en sus celdas suelen entremezclarse asalta bancos, secuestradores, mafiosos, militantes de la Organización 17 de Noviembre y miembros de la Conspiración Células del Fuego. Todos reconocibles en su forzado exilio terrenal por más que se les uniforme y se les trate de privar de su individualidad.
La prisión de Koryndallos se ha convertido en un punto de encuentro común para la nueva generación de guerrilleros anarquistas en Grecia; en sus celdas suelen entremezclarse asalta bancos, secuestradores, mafiosos, militantes de la Organización 17 de Noviembre y miembros de la Conspiración Células del Fuego. Todos reconocibles en su forzado exilio terrenal por más que se les uniforme y se les trate de privar de su individualidad.
Pero, mientras los anarquistas
encarcelados parecen robustecerse cada vez más y acrecentarse ante la
adversidad que impone la privativa de libertad, un reo suele morir de mengua y
de silencio entre una fuerza de cambio que nadie puede parar, su nombre es
Nikolaos Dertilis fue el último sobreviviente de la Junta de los Coroneles[1].
Para todos los que nos interesa
el devenir del juego político helénico, la Junta de los Coroneles es una
asonada militar que marca un antes y un después dentro de la historia moderna
griega. Su gobierno represento la última
administración de corte totalitario que rigió sus tierras y que tuvo
repercusiones en el ámbito político y económico que todavía se padece.
Para inicios de la década de
60´s, Grecia sufría los coletazos de inestabilidad política que se evidenciaban
en la región, el gobierno de la Unión de Centro de Georgios Papandreu
atravesaba por una serie de cismas de las fuerzas políticas que lo acompañaban
y de divergencias entre su persona y el Rey Constantino II, lo que genero una
atmosfera de desestabilización en la región y de incertidumbre en la población.
Paralelo a estas acciones, dentro
del ejercito existía una logia secreta que preparaba un golpe militar y que se
encontraba liderada por el Coronel Georgios Papadópoulos, su nombre es:
ΙΔΕΑ,Ιερός Δεσμός Ελλήνων Αξιωματικών y la misma se había robustecido después
de la victoria de las fuerzas republicanas ante la insurgencia stalinista
durante la Guerra Civil Griega. Esta organización recibía financiamiento y
apoyo logístico de agentes de la CIA en el país.
El clima de divergencias
políticas galvaniza a los militares que deciden alzarse el 21 de abril de 1967,
sus acciones tuvieron como epicentro los cuarteles militares de la capital y
sus oficinas gubernamentales. La sorpresa de casi 100 tanques militares en la
calle despertó a una población incrédula que realizo pocos esfuerzos para
detener el golpe.
El golpe de estado tuvo un éxito
rotundo por la nula oposición de los políticos republicanos, rápidamente las
cárceles se llenaron de figuras de izquierda, liberales, escritores y libre
pensadores, de esta manera se instauraba en Grecia una clásica dictadura
militar que recaía en una camarilla de Coroneles al servicio de los intereses
norteamericanos y significaba una victoria del Capital Anglosajón en la Guerra
Fría.
Como dictadura clásica, los
Coroneles se hicieron de una serie de intelectuales y personas públicas para
blanquear su imagen en el exterior, mientras internamente se instauraba una
lenta maquinaria de exclusión y tortura. Para 1968, el rebelde Alexander Panagulis
fundador en Italia del grupo “Resistencia
Helénica” intenta asesinar a Papadópoulos, pero fracasa en su intento y es
encerrado por su osadía.
Ante este nuevo panorama, la “política tradicional” de partidos,
construcción de mayorías y de asenso al poder por medio del voto se ve relegada
a un plano controlado y de franco estancamiento que permitió el resurgir de la
corriente anarquista en los claustros universitarios.
De forma antagónica a lo que
ocurría en el resto de Grecia, en la Universidad Politécnica de Atenas y en
Exarchia, muchos estudiantes y catedráticos inspirados en los sucesos del Mayo
Francés, empiezan a leer sobre contracultura y anarquismo. En sus pasillos
abundaban jóvenes que se reagrupaban en torno a las lecturas situacionistas, aupando
el radicalismo del maoísmo e inspirados en la proeza guevarista.
Es así, como para 1972 se
empiezan a editar de forma clandestina una serie de libros contestatarios que
eran devorados por una juventud curiosa; Guy Debord, Mijail Bakunin, Piort Kropotkin,
Murray Bookchim, Max Netlau, Henry Thoreau, Ida Mett, entre otras “vacas sagradas” fueron circulando de
mano en mano en los comedores y círculos de estudio. Entre ellos es importante
resaltar las revistas “Pan-Derma” y “Kouros” que salían a la luz pública
gracias a la labor del anarquista Leonidas Christakis.
Esta nueva generación
antiautoritaria se encontraba muy lejos de la tradición corriente
anarcosindicalista que había existido en el pasado, eran los hijos de aquella
generación que buscaban canteras en el autonomismo italiano, el antifascismo,
la liberación sexual y la contracultura para arrojar contra el sistema.
Renegando de toda forma de poder y de dirección centralizada incluyendo la del
ilegalizado Partido Comunista Griego.
Pero como era de esperarse, la
olla de presión exploto el 5 de febrero de 1973, de forma asamblearia los
estudiantes decidieron no asistir de forma masiva a la Politécnica, el día 13
de ese mes convocaron a una concentración contra la Junta que fue reprimida de
forma violenta, los militares violaron la autonomía universitaria o ocuparon el
campus, la jornada de palos se saldo con 11 detenidos. A raíz de estos
acontecimientos, el 21 de febrero, entre 3000 y 4000 estudiantes de de derecho
de la Universidad de Atenas ocuparon el edificio de la facultad en el centro de
Atenas, en la calle Sólonos, para pedir la retirada del decreto 1347 que
ordenaba el reclutamiento de los jóvenes reaccionarios, y que había ya había
sido impuesto por la fuerza a 88 estudiantes.
El punto de inflexión ocurre el
17 de noviembre de ese año cuando los estudiantes de la Politécnica decidieron
no acudir a las clases y comenzaron las manifestaciones contra el régimen
militar. Mientras que al principio permanecieron apartados ahora los
estudiantes se proclamaban con el oxímoron de ser “Asediados libres”. Se fortificaron dentro del edificio de la
facultad en la calle Patision, y pusieron en funcionamiento la emisora
radiofónica independiente de la Politécnica. En la puerta principal colgaron
dos pancartas gigantes que decían “Abajo
el Estado” y “Abajo el capital”,
su lema de combate era “Pan, Educación y
Libertad”[2]
Aprovechando la obscuridad y la
fatiga de los “Asediados Libres” a la
03:00 A.M. del día 17 de noviembre el gobierno dio al ejército la orden de
intervenir y uno de los tres tanques AMX30 que se encontraban fuera de la
escuela, derribó la puerta principal.
La radio de la Universidad hizo
llamamientos a los soldados para que desobedecieran las órdenes de sus
superiores y el locutor puso el himno nacional griego. La transmisión se vio
interrumpida por la entrada de los tanques en la facultad. Los estudiantes al
ver entrar el tanque, seguido de un gran número de fuerzas policiales, tiraron
la puerta de la Politécnica de la calle Sturnari y comenzaron a salir en masa.
Debido a los ataques policiales
sufridos por los estudiantes, estos optaron por esta salida que estaba
protegida por soldados que en algunas ocasiones intervenían también en contra
de la policía que apaleaba a los estudiantes. Muchos buscaron refugio en los
edificios vecinos. Francotiradores de la policía abrieron fuego desde las
terrazas cercanas, mientras que los hombres del la policía política del
Servicio Nacional de Información (ΚΥΠ) buscaba a estudiantes izquierdistas
catalogados de “rebeldes”.[3]
Soldados y policía abrieron fuego
real hasta el día siguiente lo que dio como resultado una gran cantidad de
muertos, no sólo en los alrededores de la Politécnica sino que también en toda
Atenas. El primer informe del fiscal Dimitris Tservas en octubre de 1974,
contiene 18 víctimas identificadas y 16 sin identificar. Un año más tarde el
fiscal de Apelaciones Ioannis Zagkinis habló de 23 víctimas mortales, y durante
el juicio que siguió añadió otra más.
Esta brutal respuesta gubernamental
avivo las llamas del descontento y animo a los ácratas de que el sendero tomado
era el correcto; las luchas callejeras escenificadas alrededor de la
Politécnica demostraban el inmenso poder que ejercían como corto-circuito al
monopolio de la violencia ejercido por el Estado de los Coroneles.
El gobierno de los militares
continuaría 8 meses más, sin embargo las pretensiones nacionalistas de ocupar
militarmente Chipre desplomo la continuidad autoritaria de los milicos. Con su eventual caída comenzara un proceso de
concertación entre las principales fuerzas políticas que había en el exilio
como ocurrió en Venezuela con el infame “acuerdo
de punto fijo” o la “concertación”
chilena que servirán a futuro como diques de la protesta social.
De la experiencia de la
politécnica muchos griegos que venían experimentando una ruptura con el
troskismo empiezan a mostrar un interés cada vez mayor en el anarquismo,
algunos de estos ejemplos son el catedrático Cornelius Castoriadis y el
sindicalista Yannis Tamtakos, entre otros.
Las condiciones históricas así
como la masificación de la publicación
Eleytheros Typos permitió que las
ideas libertarias se diseminaran como un virus sobre el cadáver insepulcro en
que se convertiría el Estado Griego un par de décadas mas tarde.
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