Rodolfo Montes de Oca
Hablar del Partido Comunista de
Venezuela como el de Chile, es hablar del partido más viejo y con mayor
historia dentro de las ciencias sociales de la Araucania. Pero a su vez, es
hablar de los partidos más reaccionarios, oportunistas y pragmáticos de la
región. Esta constante también se repite en Grecia, en donde el Kommunistikó
Kómma Elládas[1] (KKE) es un espejo
del beneplácito contra la lucha de
clases.
Como mucho de sus homólogos el
KKE nace en 1918 al calor de la tomo del poder por los bolcheviques, es
producto de la unión de varios grupos de anarquistas, marxistas y socialistas
helenos y se funda bajo el nombre de Sosialistiko Ergatiko Komma Elladas[2]
(SEKE), su primer secretario general fue Avraam Benaroya.
En 1920 se celebra el Segundo
Congreso de SEKE en donde deciden integrarse a la Internacional Comunista y
deciden cambiar su nombre al de Partido Socialista de los Trabajadores
de Grecia-Comunista. Pero no es sino hasta el III Congreso Extraordinario del
partido en noviembre de 1924, que el partido
cambió su denominación a la actual y
adopto los principios del marxismo-leninismo y adopto la política del
centralismo democrático para controlar a sus bases.
Sin embargo mucho antes de que
las pretensiones bolcheviques se impusieran en el KKE, dos anarquistas deciden
marcar una clara línea disidente dentro de la nueva organización política. El 9
de abril de ese año antes de la creación del KKE, del SEKE son expulsados los
rebeldes: Stelios Arvanitakis y Evangelos Papanastasiou por oponerse firmemente
a la participación de este organización en las elecciones y hacían un llamado
abierto a la abstención electoral y acompañar esta propuesta junto a una
intensa campaña de propaganda insurreccional y de acción directa.[3]
Estos sacrílegos de la ortodoxia marxista lograron captar
los sentimientos de rebeldía dentro de SEKE, tal es así, que las células de las
ciudades de Pireo, Patras, Atenas, Salónica, Syros, Karditsa y Volos deciden
generar un cisma y crear la Kommounistiki Enosis Ellados[4] (KEE)
y editar la revista “Kommounistiko Vema”.
Está históricamente documentado que Stelios Arvanitakis era
un anarco-comunistas y el abogado Evangelos Papanastasios creía en un amplio
espectro de las ideas anarquistas. Producto de su reacción contra las políticas
socialdemócratas que dominaban el naciente KEE, fueron acusados en múltiples
oportunidades por sus adversarios de ser unos “aventureros” sin trabajo de base.
Pero aunque el KEE tenía una modesta aceptación entre los
núcleos productores y de contar con cuadros formados en la lucha
anarco-comunista, esta agrupación no logro transcender en el tiempo debido al
convulsionado contexto político-social que tuvo que enfrentar.
La década que se inicia en 1920 es de extrema inestabilidad
en la región, caracterizado por la alternancia de la monarquía y de la
república, los sucesivos pronunciamientos militares a favor de las distintas
opciones políticas y la continua debilidad económica del país. Lo que permitió
que el gobierno aplicara frecuentemente los estados de sitio, lo que permitía a
los gobiernos infringir los derechos civiles.
Frente este panorama el KEE y sus
organizadores tuvieron inconvenientes para articular sus propuestas, a lo cual
se suman dos hechos fundamentales que aniquilan la experiencia: 1) El golpe
militar del General Theodoro Pangalos, que impuso una férrea dictadura
caracterizada por la persecución de los partidarios de la izquierda y 2) los
constantes ataques del KKE que aunque debilitados, siempre se tomaban su tiempo
para desacreditar a sus adversarios políticos.
Muchos de sus adherentes
decidieron retirarse de la iniciativa, por temor a las represarías, mientras
que otros vuelven al KKE que contaba con dinero y logística facilitado por el
Komintern. Pero Stelios Arvanitakis, Evangelos Papanastasiou y otros anarquistas
como Kostas Vafeiadis, Marakis Nikos y Karamouzis Chrysanthos, deciden mantener
su autonomía y no ceder ante las adversidades.
El 22 de agosto de 1926, el
general Georgios Kondilis a la cabeza de la guardia republicana derroca a
Theodoro Pangalos y llama a elecciones democráticas en diciembre de ese año.
Este cambio de timón es aprovechado por Arvanitakis y Papanastasiou para
re-articular al KEE e iniciar una campaña anarco-comunista.
En esta segunda etapa el KEE
contaba con 250 miembros, abrió una oficina en Pireo y edito la revista “Mpolsevikiki Epitheorisi”, sin embargo
al poco tiempo después tanto Stelios Arvanitakis y Evangelos Papanastasiou
fueron expulsados de su organización acusados de ser “anarquistas extremistas”.[5]
Después de esta debacle
Papanastasiou decidió alejarse de las luchas sociales decepcionado del rumbo
que había tomado la organización mientras que Stelios Arvanitakis continuo en
Pireos predicando la idea hasta que en la década de los 40´s es ejecutado en
una de las purgas implementadas por las milicias del Ethnikos Laikos
Apelevtherotikos Stratos (ELAS) al servicio del KKE.
Papanastasiou y Arvanitakis,
fueron dos anarquistas que apostaron por la idea en tiempos de descenso de las
ideas antiautoritarias, pero a diferencia de muchos correligionarios en el
Caribe o en el Cono Sur, ellos no optaron por posiciones pragmáticas que
terminaron por controlarlos, fueron intransigentes y correctos en sus posturas,
se mantuvieron irreductibles hasta el final de sus vidas.
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